El Vaticano ha informado este 22 de febrero que el estado de salud del Papa Francisco “continúa siendo crítico” y que aún “no está fuera de peligro”. Según un comunicado emitido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Sumo Pontífice presentó esta mañana una crisis respiratoria asmática prolongada, que requirió la aplicación de oxígeno de alto flujo.
Además, los análisis de sangre realizados hoy evidenciaron una trombocitopenia, asociada a anemia, lo que hizo necesaria la administración de transfusiones de sangre. Aunque el Papa Francisco permanece vigilante y ha pasado el día sentado en un sillón, se reporta que ha sufrido más que ayer. El pronóstico sigue siendo reservado.
Hoy se cumplen ocho días desde que el Santo Padre fue internado en el policlínico de Roma, donde recibe tratamiento por una neumonía bilateral. Los médicos indicaron ayer que el Pontífice permanecerá hospitalizado al menos una semana más.
En una rueda de prensa celebrada el viernes, los especialistas explicaron que el Papa Francisco aún “no está fuera de peligro”. Sin embargo, Sergio Alfieri, director del departamento médico-quirúrgico, aclaró que, aunque su situación es delicada, “en este momento su vida no corre peligro”.
El médico añadió que “la puerta está abierta a ambas posibilidades”, refiriéndose a la incertidumbre sobre la evolución de su salud.
El Vaticano continúa monitoreando de cerca la condición del Papa Francisco y mantendrá informada a la comunidad católica y al público en general sobre cualquier novedad significativa.